Prótesis fija

Coronas unitarias: en ocasiones, la pérdida de estructura dentaria es tan amplia que el tratamiento más adecuado es la colocación de una corona (funda) para proteger la pieza restaurada.

El tratamiento consiste en reducir el diente por todas sus caras, colocación de una corona provisional unos días para la adaptación de los tejidos blandos y protección del diente mientras el laboratorio protésico realiza la corona definitiva.

Hoy en día tenemos materiales con una elevada resistencia y estética como el zirconio, disilicato de litio, resina con partículas de cerámica…

Puentes fijos: Cuando, por diferentes motivos (económicos, psicológicos, patológicos, cantidad y/o calidad del hueso…), no podemos optar por la colocación de un implante existe la alternativa de la prótesis parcial fija.

El tratamiento consiste en reducir los dientes adyacentes al diente ausente para alojar una futura corona en cada diente incluido el diente ausente.

La particularidad de este tratamiento es que necesitamos que existan dientes delante y detrás de la pieza ausente para una correcta distribución de las fuerzas al masticar.

Rehabilitación completa: nos encontramos con casos en los que existe una destrucción generalizada de todos o la mayoría de los dientes teniendo como consecuencias falta de estabilidad mandibular, de eficacia masticatoria…

En estos casos, tras un estudio diagnóstico previo, existe la posibilidad de reponer la integridad de todas las piezas con prótesis fija.

Prótesis removible

Una solución rápida, sencilla y conservadora para reponer las ausencias dentarias es una prótesis removible.

Es una prótesis conocida como “de quitar y poner” de metal o de resina en función del número y estado de los dientes que quedan en boca. La cual lleva unos retenedores (“ganchos”) para aumentar la retención de dicha prótesis.

Las principales ventajas que ofrecen estas prótesis son la escasa preparación dentaria, no suele ser necesaria ninguna cirugía previa y las fases de tratamiento son sencillas e indoloras.